Teletransportaré millones de átomos – Entrevista a Ignacio Cirac, físico cuántico (Victor M. Amela, 091104)

ignaciocirac

Tengo 38 años. Nací en Manresa y vivo en Munich (Alemania) hace tres años. Soy doctor en Físicas. Soy director del Instituto Max Planck de óptica cuántica. Estoy casado. Tengo tres hijos (de 11 años a dos meses). Soy progresista y creyente no practicante. Colaboro con el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) como profesor visitante

-Qué investiga usted?

-La computación cuántica.

-Ah… Y… ¿qué es eso?


-Un nuevo modo de computar: permitirá cálculos que hoy resulta imposible hacer.

-¿Qué tipo de cálculos?

Predecir cómo se comportarán los materiales en determinadas condiciones…

-¿Y hoy no podemos calcular eso?

-Imposible. Son cálculos que exigirían una memoria tan enorme de un ordenador convencional que… ¡ni implicando a todos los átomos del universo la alcanzaríamos!

-¿Y qué distingue a un ordenador cuántico de un ordenador convencional?

Los ordenadores convencionales son cada día más rápidos, pero siempre proceden igual: Pentium II, III, IV… ¡Es un tren que cada vez corre más! Pero por mucho que corra, jamás será capaz de hacer esos cálculos.

-¿Y un ordenador cuántico sí podrá?

Sí, pues ya no será un tren: ¡será un avión! Opera con otras leyes de la naturaleza: las que siguen la luz, los láseres…

-¿Cómo es un ordenador cuántico?

No cabría en esta habitación. No tiene pantalla, ni teclado: hay láseres, cámaras de vacío, osciloscopios, mesas ópticas, lentes… ¡Hay mucho dinero invertido para lograr construir el primero!: competimos en esto Europa, Estados Unidos, Japón y Australia.

-¿Quién lo conseguirá?

Yo espero que nosotros logremos pronto un pequeño ordenador cuántico de 50 q-bits: su capacidad de cálculo revolucionará todos los ámbitos de la tecnología…

-¿Y cómo se metió usted en esto?

En los años 90, el ordenador cuántico era una especulación teórica. Nadie sabía si era posible construirlo y cómo, hasta que un colega y yo demostramos matemáticamente que sí se puede construir y cómo hacerlo.

-¡Enhorabuena! No me extraña que le fichase el prestigioso Instituto Max Planck…

-Es muy exigente, muy elitista, volcado en investigación científica básica de alto nivel. Max Planck fue el descubridor de la mecánica cuántica, en el año 1900…

-¿Y qué estudia la mecánica cuántica?

-Fenómenos que las anteriores leyes de la física no explicaban, leyes nuevas que sigue la materia a escala atómica: las insólitas propiedades de los átomos en ciertos casos.

-¿Insólitas?

-Sí. Estudiamos, por ejemplo, qué sucede con los átomos a muy baja temperatura, muy cerca ya del cero absoluto (-273ºC)…

-¿Y por qué no los llevan al cero absoluto?

-Es imposible: implicaría que todo está ya muerto, detenido, toda la energía disipada… Y, por el simple hecho de estar nosotros aquí presentes, eso no puede ser.

-Ah. ¿Y qué pasa cerca del cero absoluto?

-Los átomos dejan de moverse… y empiezan a pasar cosas raras: grupos de átomos se ponen a hacer cosas simultáneamente. O, en otros casos, no hay dos que hagan lo mismo.

-Perdone: ¿y qué utilidad tiene todo esto?

Permitió el desarrollo de transistores, televisores, semiconductores, superconductores, láseres, física nuclear… Pero un científico básico investiga por ansia de conocimiento, no persiguiendo utilidades inmediatas.

-Pues explíqueme cosas curiosas que conozca de la materia a esas microescalas…

Allí, una partícula o un átomo presentan a la vez (¡oh paradoja!) una propiedad y su contraria. Así, algo puede ser a la vez blanco y negro. O estar vivo y muerto a la vez.

-Cuesta de comprender…

Estamos ya intentándolo a escala orgánica: ¡lograr un virus… vivo y muerto a la vez!

-¡…!

Y hay más: una partícula (o un átomo) puede estar presente en dos lugares a la vez.

-¿El don de la ubicuidad?: ¡milagro!

Induces una propiedad en un átomo… y descubrimos que otro átomo distante la adopta, idéntica, instantáneamente. ¡Y aunque esté a miles de kilómetros!

-¿Cómo se explica esto?

-¡Ah, así son las leyes de la materia a esas escalas, sencillamente! Ya hemos teletransportado propiedades de un átomo a otro. Y le avanzo que, en menos de un año, teletransportaremos ¡millones de átomos! a una distancia de ¡varios centímetros!

-¡Qué noticia! Nos pone en puertas del teletransporte de cuerpos de Star Trek…

No, eso lo veo imposible…

-¿De qué servirá todo esto, pues?

Computación, transmisión criptada de datos, comunicaciones más eficaces…

-¿Y explicarían estas propiedades raras de la materia ciertos fenómenos paranormales?

-Un día conoceremos las leyes que explicarán fenómenos que hoy todavía llamamos milagros.Yo no investigo ese campo, pero conozco colegas que están haciéndolo.

-Es un territorio fascinante…

Lo es: en él, una moneda cae de cara y de cruz a la vez. Pero sólo si no la miras: en cuánto la miras, la moneda aparece en cara (o en cruz, impredeciblemente)…

-¿La mera observación altera lo observado? Eso es como decir que observar es crear…

Se abren cuestiones filosóficas, es cierto… Habrá que investigar en qué instante observamos, o sea, cuándo hay observación. En suma: qué papel tiene la conciencia en esto.

-La conciencia… ¿modifica la materia?

Quizá estemos redescubriendo siempre lo mismo, lo que ya ciertos místicos conocieron por otra vía, una vía no científica…

-La lógica de lo macroscópico se resiste…

Hasta Einstein murió sin aceptar esas leyes: «¡Dios no juega a los dados!», sentenció. Pero hay que aceptar la naturaleza como es.

-Y ¿cómo es la naturaleza?

Rara

1 comentario

Archivado bajo alma, budismo, espiritu, iluminacion, meditacion, paz interior

Una respuesta a “Teletransportaré millones de átomos – Entrevista a Ignacio Cirac, físico cuántico (Victor M. Amela, 091104)

  1. maria refugio lopez sanchez

    Que interesante! esto esta genial!

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