MIS POEMAS ZEN

 

LA MIRADA DEL PRINCIPIANTE

El Zen es mirar atentos el placer y el dolor
la belleza y la tristeza
la fealdad, la alegría
mirar a un niño muerto y a un niño lleno de vida
al vino tinto y al agua
y a la sangre recién vertida
al blanco de la nieve y de un sudario
y al rosado del capullo de una flor.
Mirar, sólo mirar lo que venga
sólo mirar sin juzgar
ver lo que es, nada más
con la mirada objetiva, repleta de la emoción
conque un principiante mira
sin motivo, sin razón…

Mariano Merino (mediodía del domingo 17 febrero 2013).

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MEDITACIÓN DE MI SANGRE…

Sentado en un sillón cómodo, relajado
cierro los ojos y me enfoco en mi sangre
que galopa briosa por las cañerías de mi cuerpo.
La veo como un tren al cual subirse corriendo
como cuando éramos muchachos atrevidos.
Elijo como estación de partida mis pulmones:
me agarro de una molécula de oxígeno y espero
pacientemente espero
y de pronto, caigo por el torrente, alejándome…
en vertiginoso viaje visitando
paisajes de distintos colores y formas desiguales
órganos con distintos objetivos
fábricas de substancias, moldes, filtros,
de distintas texturas y rugosas cavidades
llego hasta el fondo de mi, hasta mis dedos
de mis manos yertas y de mis pies quedos
y de ahí regreso veloz
creando sensaciones,
alimentando iras, risas, bondades…
Visito por instantes esa esponja
en la que todo se crea y se destruye
repleta de eléctricos tornados
fabricantes de sueños, pensamientos, emociones
y regreso, siempre a velocidad vertiginosa
a los pulmones….
De un salto de mi caballo oxigenado me descuelgo
y retorno a mi conciencia.
Por instantes dejé de ser quien era
y fui mi sangre corriente, aventurera…

Mariano Merino (mediodía de sábado 16 febrero 2013).

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LA FABRICA

Sumergido en las entranhas de la fabrica
veo transitar materiales y personas;
los etiquetan, clasifican, ordenan, almacenan
a cada cual les calculan su ganancia potencial
a cada cual les definen sus destinos:
los materiales a la transformacion, las personas al desgaste.
Las explicaciones son distintas, disfrazadas de productividad
pero los efectos los mismos.
A mi elrededor todo tiene su destino
excepto una cosa: el ruido.
Todavia no han encontrado su destino
no han hallado que hacer con el ruido
pero ya lo encontraran….
A mi alrededor, solo dos sintientes miran tranquilos,
un perro echado junto al guardia
y yo, que para hacerlo he tenido que salir de mi mismo
y transformarme en observador.
Hasta yo me he transformado!
Solo el ruido se salva… hasta ahora.

Mariano Merino, mañana del 15 febrero 2013, en una fabrica cualquiera.

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Miras a tu niño mientras duerme y ves belleza:
respira normalmente, sereno, todo es paz
¿Alguna vez te has preguntado adonde fue
ese volumen que ahora ocupa su figura,
que ahora es su cama, que ahora es él?
Tu niño es el ahora, ahora existe, ahora es
porque algo que existía, su ayer en el espacio
dejó de ser… ¿Adónde fue?

Mariano Merino (madrugada 07 febrero 2013)

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El drama del hombre es no conocer el tiempo
y por lo tanto no saber manejarlo:
¿Qué es el pasado si no existe la memoria para anclarlo?
¿Qué es el presente si no existe la conciencia para vivirlo?
¿Qué es el futuro si no existe la imaginación para crearlo?
Sin embargo, sin siquiera saber qué es el tiempo
el hombre quiso encarcelarlo e inventó el reloj
sin darse cuenta de que con ello
liberó al tiempo y se encarceló él mismo.

Mariano Merino (tarde 06 febrero 2013).

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Cuando medito
mis fantasmas han matado a tus fantasmas…
Ya no me importa que el color de mis calcetines
no concuerde con el de mis pantalones… ni contigo,
ni si mi pantalón amarillo va o no va con mi camisa verde
y círculos marrones.
Ni me importan los amigos que al buscarlos
parecen corderos perdidos.
Ni me importa que el dejar mis zapatos sobre la mesa
discorde con el orden establecido,
ni me importa acordarme del cumpleaños de tu madre
ni del de esa pulga que tienes de sobrino,
ni me importa que el vecino piense en mi y hable
porque sigo sin saber cómo se llama,
ni si la sociedad se escandaliza porque en la Catedral fumo
ni si el cura me prescribe un exorcismo
ni me importa que la gente de mi pueblo se alce en llamas
defendiendo su soberanía,
ni me importa si fulano es Presidente bueno o malo
ni si el norte o el sur, o el medio oriente ni occidente,
ni de dar el buen ejemplo
ni si soy el mejor de los maridos
o el peor de los becerros
ni de orinar donde sea cuando me ganan las ganas
ni si el mundo se acaba o se sigue yendo al bledo
ni si fulano está de moda o por la borda ya lo van empujando
porque la imagen, oh Dios, ya se le está tambaleando….
En realidad…
meditando me balanceo en hamaca permanente
sonriendo y feliz porque detecto
que a ti, que todas esas cosas te interesan,
vives a saltos y estresada de pedo en pedo
mientras que a mi, que esas cosas me resbalan
vivo feliz porque todas, incluso tu, me importan
un soberano, requetesoberano huevo.

Mariano Merino (mañana, 04 febrero 2013)

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¡Soy bipolar! ¡Tengo euforias y tristezas!
¡Tan pronto estoy en la cima de la más alta montaña
o en la sima de la más honda quebrada!
Te lo advierto, ten cuidado… estás en riesgo
¡puedo ser una bomba letal en tu destino!
¡Advertido! Pero no logro adivinar cuán gran problema
puede ser tu presencia en mi camino…
Todos somos bipolares, lo mismo todos sufrimos,
tan pronto vamos en llanto y tan pronto nos reímos
así que ¿para qué darle importancia
a algo que parece tan nimio?
Tal como yo lo veo, como problema ésto es mínimo:
basta con hacer coincidir tus alturas con mis llanos
y mis llanos con tu altura;
de esta manera el promedio en nuestra vida
será bello y será plano…
Sólo basta con mirar y lo que sea,
como sea con amor lo conservamos….

Mariano Merino (mañana 010213)

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Las montañas, de blanco coronadas, se muestran inmutables
sólo el viento las recorre y fragoroso empuja
y cambia de lugar los pedruscos.
Por sus vertientes caen hilos de plata cantarines
regalando nubes de rocío y pieles de humedad
se desplazan resbalando entre pedruscos.
En sus laderas y lagunas la vida derrocha su pujanza
disfrazada de verdes alfombras, colores o colorines peces
saltando y danzando entre pedruscos….
De pronto y en un instante todo cambia
la tierra brama y tiembla e infunde miedo
y con su telúrico crepitar todo lo deshace:
corta cruel, como guadaña, las vertientes
siega la vida, la traslada, la extermina
transformando la montaña en lo que es:
pedruscos.
Antes de eso la montaña era desorden, era ilusión;
después, cuando la calma sobreviene
es más orden, pero sigue siendo una ilusión

Mariano Merino (madrugada del 01.02.13)